Caso Pomatanta: Cuando la justicia tarda y no llega
Lima, Perú (Spacio Libre).- Luego de una espera de seis horas, pasada las 11 de la noche, la Sala Penal Nacional inició la lectura de sentencia, para determinar 14 años de prisión y el pago de 200 mil soles, contra el comandante de la Marina, Andrés Egoechaga, encontrándolo responsable de las lesiones y muerte del menor Indalecio Pomatanta, quemado vivo en el año 1995.
La fiscalía apeló la decisión de la Sala, conformada por Ricardo Broussett Salas, Clotilde Cavero Nalvarte y Teófilo Salvador Neyrar toda vez que habían solicitado 25 años para Egoechaga a quien se le acusa de haber liderado la denominada operación “Aries” donde se intervino al joven de 17 años acusándolo de colaborar con los terroristas, ocultando armas.
La sentencia, determina que Egoechaga dirigió la operación, intervino a Pomatanta, lo roció con gasolina y amenazó con quemarlo vivo, además de impedir que fuera auxiliado por otros integrantes del comando. Pese a ello, la sentencia está por debajo de lo establecido por el delito de homicidio calificado.
Así mismo, la Sala no encontró pruebas que responsabilicen a los otros marinos procesados, El tribunal desestimó responsabilidad en los otros integrantes del comando, procesados por este caso, entre ellos, el teniente Jorge Luis Rabanal Calderón, aun en actividad.
Cabe señalar que la Sala Penal aceptó como prueba el video donde Indalecio Pomatanta declara a la televisión antes de fallecer producto de las quemaduras y donde denuncia a los militares que lo agredieron.
Hace unos días, el Instituto de Defensa Legal (IDL) advirtió el riesgo que el tribunal que lleva la causa excluyera de responsabilidad a la mayoría de los acusados bajo el argumento de que no cometieron materialmente el crimen.
Tal como se advirtió, no se encontró culpabilidad en los marinos Pedro Rodriguez, Mario Peña y Jorge Rabanal, este último oficial en actividad, a pesar, de que se ha demostrado que no solo estuvieron presentes en el lugar de los hechos a una muy corta distancia sino que brindaron seguridad y de esa manera garantizaron que el crimen se ejecute.